Varanasi, la ciudad del río sagrado Ganga o Ganges, con centenares de templos y continuos ritos y ceremonias alrededor de este en sus Ghats, es India en estado puro. Si quieres ver la India más intensa y ritual, debes viajar a Varanasi.
El Aatti es una ofrenda que se hace todas las tardes al caer el sol en los Ghats principales a dos minutos andando de Lotus P. Guest House. Es un buen momento para escapar de la intensidad de todo lo que te rodea y relajarte junto al río.
Al amanecer navegar por el Ganges es otro momento de paz que no olvidarás nunca. Lo suyo es bajar las escaleras y contratar un remero de los muchos que esperan a primera hora a los turistas. Merece la pena cruzar el río hasta el banco de arena, para ver la muralla con una buena perspectiva.
Por la tarde Gill nos llevo a conocer el «Slum» donde sobreviven o malviven sus niños. Unos niños que a pesar de la extrema miseria que les acompañará durante su vida, reflejan es sus sonrientes rostros la inocencia más absoluta del ser humano. Lo qué me pregunto es que les hacemos a los niños de occidente, los del primer mundo, que a pesar de tener todo y la vida resuelta, muy a menudo me parecen infelices, comparados con estos niños del «Slum».
Y por la noche pasamos del «Slum» al mejor palacio de la ciudad, convertido en hotel, después de más de 15 años de reformas. Muchas gracias por la invitación a la cena señores del Brij Rama Palace, una noche inolvidable, quizá la última en Varanasi.