Let’s Goa Three and end of the first part!

Me está pasando a medida que voy viajando más y más que los lugares no me encantan a la primera. Supongo que será algo normal, como que también me cueste más tiempo encontrar esos encantos. Con Goa ha sido un amor a fuego lento, después de ir a Kerala dos veces tengo que reconocer que llegue como desafiándola para que me sorprendiese. Y así ha sido al final, me ha enamorado locamente y ahora tengo el corazón partio entre Goa y Kerala. No me puedo olvidar del Himalaya, montaña y playa, que más puedes querer. Creo que el año que viene las montañas más altas del mundo harán otro trocito en mi corazón, con el tiempo necesario y en el lugar adecuado.

He pinchado cuatro noches en el Curlies de las cuales dos han sido muy divertidas y la música no trance que he pinchado ha movido esqueletos de forma compulsiva. Como muestra este vídeo en el que se nota el punch del top floor del Curlies, apaga la luz que no se ve nada!!.

En esta foto mi amable compañero residente del Curlies, Akshay, que ha estado encantador todos los días y animándome con la música que iba pinchando. Muchas gracias y hasta pronto.

Y las dos orejas y el rabo se lo lleva el cautivador sitio en el que hemos vivido como en casa. Se llama Buddha S Garden GOA, y está en la playa de Morjim, desde la que hay un precioso e inmenso paseo de 10 kilómetros hasta Arambol. Esta playa es uno de lo mejores sitios del mundo, tendría dudas entre Cahuita, Costa Rica y Kerala…paraisos terrestres.

El frondoso jardín del Buddha S Garden es un edén de naturaleza, paz y armonía. Cuenta con seis cabañas y una sala para masajes y un espacio para practicar yoga. Allí se pueden hacer terapias anti-estrés, de rejuvenecimiento, de belleza. Todo ello con técnicas terapéuticas milenarias de Ayurveda, la antigua medicina Hindú basada en las plantas y el equilibrio entre el cuerpo y la mente, compuesta dietas ricas en especias, masajes, yoga y meditación. La comida la preparan con mucho cariño de la forma mas sana y tradicional posible, además de utilizar ingredientes frescos y hierbas y especias milagrosas.

Un lugar de ensueño para pasar unas vacaciones mimando el cuerpo con la inmensa en interminable playa a solo unos pasos. A lo mejor vuelvo a quedarme, aviso 😉

Y la vuelta al ruedo y salida por la puerta grande a hombros para los Goa Toros, Eloy y Gyly, muchas gracias rebonicos! :))

Let’s Goa Two!

Goa es un paraíso de playas inmensas con un clima tropical desde noviembre perfecto, el cual ya tomaron hace muchos años un montón de hippies a los que les gustó tanto que todavía están aquí.

Cerca de puerto pesquero de Chapora hay un lugar donde ves desfilar a los hippies maduritos que tomaron está plaza allá por los ochenta. Unos tios listos que siguen disfrutando de una vida diferente en estas tierras lejanas de India.

El resto sigue siendo la auténtica e intensa India que nunca deja de sorprender y en la cual puedes aprender una receta nueva todos los días.

Nada más llegar a la playa de Morjim, entre Anjuna y Arambol, pude pinchar el Club Fresh. La lastima es que esa misma noche se inauguraba el Marbela Club muy cerquita y estaba toda la gente allí.

Todavía sigo esperando la oportunidad de volver a pinchar en el Curlies, que es donde mejor me lo pase nada más llegar hace una semana. Es un sitio sin duda especial sólo por la solera que tiene y la planta de arriba es la mejor que he pisado en una playa jamás. Parece que estas en el barco rodeado de una vegetación exuberante.

En el mismísimo Curlies con mi colega Divine Fernandes, tio grande de Goa y promesa en la cabinas, aprendiendo, dice.

Let’s playa Goa One!

Este el garito donde pinché anoche, el Curlies en la playa de Anjuna en el norte de Goa, juro que huele como Va Bene o Penelope en verano, que raro, tan lejos del espacio – tiempo. Estuve desde la 9 hasta las 11 y media de la noche y después de unos problemas técnicos con el disco duro y uno de los controladores, todo fue bien. Me noto la falta de práctica, si tuviese continuidad lo haría mejor, es lo que tiene estar en el banquillo.

El público era jóvenes extranjeros, rusos, israelíes y también algunos indios. Los disc jockeys residentes que luego se quedaron tranceando, me dieron la enhorabuena e incluso bajaron el volumen al final de mi sesión para que recibiera unos aplausos 🙂

Mañana vuelvo a la escena de Goa en el mismo lugar. Seguro que voy a hilar más fino que ayer y que no llueva por favor, ya que ayer calló un buen chaparrón durante toda la noche en Goa, cosa que mermó la asistencia de público como en todos los lados.

Este es mi compañero y amigo Eloy, Asturiano por el mundo de los que dejan huella. Me está tratando como un hermano, es un tio muy grande con una familia encantadora.

Pondicherry, Chennai, Tamil-Nadu

Esta vez me ha gustado tanto el video y resume tan bien lo mejor del viaje que lo pongo lo primero.


La llegada a Chennai fue movida. El vuelo no pudo aterrizar por el mal tiempo y se desvió a Banagalore a 45 minutos. Después de esperar una hora dentro del avión salimos de nuevo hacia Chennai. Desde aeropuerto me dirigí en un Ambassador destartalado a la Catedral de Santo Tomás, apostol de Jesús que según la iglesia llego a estas tierras en el año 52 d.c.

Después de varias semanas en el sur de Delhi se pierde la percepción de que estas en India. Llegaba a Chennai pensando que me iba a encontrar otra cosa diferente. Mas bocinas, vehículos más contaminantes, basura, y mucha basura, en la playa especialmente.

El resto del paseo por la zona de la estación de autobuses no hizo más aumentar mi incredulidad ante lo que estaba viendo que no necesita más comentarios.

Después, en Pondicherry, disfrutamos de largos paseos por las playas de los alrededores, viendo como viven los nativos cerca del mar.

Nos quedamos embobados viendo a los pescadores salir en sus barcas a por el pan nuestro de cada día con el mar muy revuelto. Los que no estaban en el mar, estaban trabajando con las redes en la playa. Le pregunté a uno de ellos y me dijo que la gran mayoría salían de pesca a las tres de la madrugada.

El domingo casi todo el pueblo estaba en la playa disfrutando de la tarde. Los niños en la orilla jugaban vigilados por lo padres desde el arriba. Vendedores y otros pintorescos personajes recorrían la playa ofreciendo sus productos y servicios.

En una de la playas cerca de Pondicherry encontré una escuela de surf con una ola buena para todas las edades y también principiantes, ánimo!

Varkala, el acantilado de Kerala


Nuestro viaje desde Delhi terminó bajando de un taxi en frente de una preciosa playa bañada por las aguas de mar Arábigo. Desde ese momento las sensaciones fueron buenas.


Los Keralanos de la Costa Malabar son gente encantadora y sonriente, curtida por el sol del trópico. La playa principal cuenta con todo tipo de servicios, como vigilantes, hamacas y sombrillas, duchas para después del baño en el mar.





El primer día paseamos por la playa hacia el sur, hacia el cabo Comorin, la punta de India. Durante el camino nos encontramos con pescadores que trabajan con sus redes y embarcaciones. A los lejos unas simpáticas niñas nos aclaman como si fuésemos estrellas de cine.




Las aves sobrevuelan los pescados descartados, dándose un festín acrobático. Los cangrejos de arena son de más de un palmo y si te descuidas los pisas.




En la iglesia del pueblo, cristiana, trabajan con la limpieza para recibir a los fieles cuando se ponga el sol. La música suena desde un potente equipo de música desproporcionado para el recinto. El momento es muy surrealista, con una música muy parecida a todo volumen, a la que estas escuchando si le has dado a play music al principio del post.






Los niños y sus familias nos saludan atentamente mientras avanzamos por el pueblo. Al acercarnos a un casa, una familia nos invita a sentarnos con ellos un rato. Nos obsequian con una rica papaya y cocos recién robados de la palmera. Charlamos un rato con ellos, nos cuentan que son pescadores y nos presentan a sus familias. Son muy amables y corteses.



Por la tarde, al volver, muchos pescadores se lanzan al mar en busca del jornal. La playa es un revuelo de niños y hombres preparando sus aparejos.



Al llegar de nuevo a Varkala, la gran playa esta a tope de Keralanos viendo la puesta de sol. El ambientes es místico y sosegado, predispone a disfrutar del mágico momento en una preciosa playa convertida en la plaza del pueblo. Vendedores, paisanos, un partido de Volley playa, otros haciendo yoga mirando hacia la puesta, lo vigilantes con sus pitos… los perros ladrando, todo un alboroto armónico.



Al día siguiente nos vamos hacia el norte hasta Kappil Beach. El terreno es más escarpado y nos encontramos con calas y acantilados, de los que cuelgan pequeños resort de turistas vacíos por haberse terminado la temporada alta. Otras villas son auténticos spas de lujo, para residir un par de semanas y recibir masajes y terapias antiestres.


Los dos pendejos se pelean con olas serias y los meneos son importantes, de esos que pruebas el sabor de la arena. Nada de meterse hacia dentro, la corrientes es fuerte y peligrosa.





La vuelta desde playa Kappil la hacemos en tactac y disfrutamos a su ritmo de los pueblos y sus gentes. Paramos en un paso nivel, en pleno pueblo, y se detiene le tiempo hasta que pasa el tren…


Con mi colegilla Suni, keralano currante del Bar Fiesta, con terraza chill out, pescado fresco, birras de extranjis y todo lo necesario para ver la impresionante puesta de sol sobre Varkala Beach.


Como es norma de la casa, para los que lleguen hasta aquí, algunos momentos animados del finde de semana en el paraíso tropical: