El batido de mango es delicioso y refrescante, ideal para el clima bochornoso del verano de Delhi. Leche, un poco de azúcar y hielo… and shake it!. Las calles del barrio están llenas de vendedores ambulantes con sus carros de mangos. A 50 y 40 rupias kilo, estoy comprando y seguro que pago más por ser guiri.


En Kotla market el calor cambia el escenario, aunque los actores siguen siendo los mismos. En las horas de bochorno todo va más despacio y los movimientos de la gente son en cámara lenta. En la esquina donde estaban este invierno las naranjas, ahora se apilan los deliciosos mangos.



Los colores son distintos, también cambian con la subida de temperatura. Por la mañana el mercado está muy tranquilo, el paseo es casi agradable a pesar del Lorenzo. Horas después, al caer la tarde las calles se convierten en un continuo esquiva y tropieza, te piso …y cuidado con la bici o que quiere ese que toca la bocina.


Estos aparatos son lo último en refrigeración en Indianapolis. Las tiendas que hace unos meses acumulaban radiadores y calefactores, ahora están llenas de estos fantásticos artilugios, sobre los que algún día explicaré su funcionamiento.

Algunos rezan una plegaria en medio de la calle, frente a su dios todo poderoso, creyendo y confiando en ver cumplidos sus ruegos y peticiones.

Otros nos sentamos frente a las embajadas o en las plazas de los pueblos, para intentar cambiar algunas cosas que no nos gustan y ver cumplidos nuestros sueños, en un mundo mejor para todos, así de fácil y bonito. 🙂