El fin de semana ha sido muy intenso, con una fiesta con paella en casa de un amigo Indio de unas 40 personas y con un grupo de españoles encantadores, entre los que se encontraban los chicos de Fuel Fandango, con los que fui a visitar Old Delhi el sábado por la tarde. Me encanta llevar a la gente al mercado de las especias y ver cara que ponen ante la escena medieval. Al final creo que se quedaron muy contentos de ir a Old Delhi en lugar de ir al centro comercial a comprar ropa. Sus maletas se habían quedado en un enlace y no estaban seguro de recibirlas el domingo por la mañana.
El concierto en el Cervantes fue una pasada a pesar de la frialdad de la audiencia. Sonaron perfectos y la música que hacen me gusta, combinado estilos pero siempre para el baile. Tina me sorprendio por su maestria, eleganacia y desparpajo en el escenario. Se movia igual de bien que por las indescriptibles callejuelas de Old Delhi, durante el sábado por al tarde.
Y el viernes, creo que no me va a dar tiempo a encender la chimenea, la fiesta solidaría de Bolis y Balones en Alicante. La escusa perfecta para el nuevo impulso que necesita el proyecto de cara al año que viene. Quiero cambiar la forma de trabajar. Quiero ayudar a las ONG españolas que están desarrollando proyectos con niños y contarlo todo con todos los detalles como he hecho hasta ahora. La idea consiste también en recaudar más dinero y ayudar con cantidades más importantes, en lugar de los 100 – 150 € que Bolis y Balones ha gastado por colegio u orfanato durante este año, conseguir 500 – 600 € para cada misión de ayuda. La verdad es que es todo un reto, no sólo por el trabajo que va a suponer si no también por la situación de crisis que se vive en España. Aunque, es posible que todos nos volvamos más solidarios cuando le vemos las orejas al lobo. Todo está por pasar, poco a poco y con paciencia, espero poder contarlo dentro de un año haciendo otra fiesta solidaria en Alicante por Navidad. Como dice el gran Tomako, os quiero ver a todos, voy a pasar lista!