Cada vez que hago un viaje de este tipo, hay un día en el que me pregunto:
¿Por qué haces esto? ¿Qué necesidad tienes? ¿Qué hago yo aquí? ¿Hay vida en otros planetas?
El Himalaya en moto 2023 no ha sido diferente a otros en este aspecto.
Lo distinto han sido las circunstancias que provocan las preguntas metafísicas.
Delhi
El día 10 de septiembre llegué a Delhi a las 9 de la mañana, después de dos pesadas escalas en Frankfurt y Munich.
Por primera vez volé con Air India en un A340 bastante indio. Las pantallas de muchos de los asientos no funcionaban, entre ellas la mía.
Volver a Delhi siempre me emociona. Es volver a casa y ver que todo está igual.
El tráfico loco, la muchedumbre, los fuertes olores, el polvo, los perros, las vacas…
OLD DELHI.
Dos días después llegaron los seis participantes del Himalaya en moto 2023 para descansar y el primer día hacer un recorrido turístico por Delhi.
EN TREN A KALKA Y EN MOTO A SHIMLA
El día 14 salimos muy temprano hacia la estación de tren de New Delhi para dirigirnos hacia Kalka, donde nos esperan las motos para continuar hasta Shimla.
Al llegar a la estación tuvimos una tensa negociación con los portadores de equipajes.
Su razón les mandaba cobrar 10 veces más del precio normal por ser extranjeros. Al final tuvimos que ceder y menos mal que lo hicimos porque tuvimos que cruzar 14 de las 16 plataformas que tiene esta gran estación.
Sobre las 12 llegamos a Kalka. Nos esperaban dos coches para llevarnos a un hotel cercano donde teníamos una habitación para cambiarnos y las motos.
La subida a Shimla fácil. Muy poco tráfico al contrario de lo me esperaba. Uno de los motivos de esto pudo ser el mal estado de las carreteras debido a las fuertes lluvias del monzón.
SARAHAN
En plena hora punta de la mañana salimos para atravesar Shimla entre un intenso tráfico. En una curva peraltada, por culpa de un bus que se cerró demasiado uno de los chicos tuvo una caída leve al no encontrar el suelo, al llevar el pie abajo.
Continuamos subiendo hasta Narkanda (2.708 msnm) para hacer la primera parada del día, con unas bonitas vistas del valle, a pesar de la niebla.
Hasta ese momento nos habíamos librado de la lluvia por poco. Solo niebla y algún trozo de carretera húmedo debido a un chaparrón.
La bajada desde Narkanda es una hermosura atravesando un frondoso valle de grandes pinos por una buena carretera.
De verde con gorra, Sanjay el conductor de Nepal y Murli el mecánico de Manali, junto a nuestro vehículo de apoyo. Mejor imposible, muchas gracias amigos.
Al caer la tarde con una ligera lluvia subimos los 15 kilómetros que separan Sarahan de la ruta principal, la National Highway 5.
Sarahan es un pequeño pueblo conocido por su Templo Bhimakali y por ser la puerta de entrada del Valle de Kinnaur.
El templo tiene motivos hindúes y budistas, objetos testimonio del antiguo comercio entre la India y las regiones tibetanas a través de la antigua carretera indo-tibetana.
El viernes 8 de septiembre, dos días antes de salir a India, recibí la noticia de mi socio Arvind.
En nuestra ruta hubo un gran desprendimiento debido a las fuertes lluvias del monzón y 500 metros de carretera han quedado cortados.
Las autoridades locales anunciaron una semana como mínimo de trabajos para volver a abrir la carretera.
Llegamos a Sarahan el 15 de septiembre, una semana después del desprendimiento en Nigulsari, a solo 30 kilómetros de nosotros y en la única ruta posible para seguir con el plan A.
Las noticias eran buenas. Nos dijeron que era probable que la carretera se abriese al día siguiente. Nos fuimos a dormir sin saber si al día siguiente podríamos continuar nuestra ruta hacia Spiti por Kinnaur.
A LA ESPERA EN sarahan
Nos levantamos un poco más tarde que los días anteriores y durante el desayuno todavía no llegaban las noticias sobre el estado de la carretera.
Por fin llegó la información. Casi con toda seguridad la carretera se abriría por la tarde.
Inmediatamente pensé que no podíamos salir por la tarde para hacer parte de la ruta de noche. La mejor opción era quedarnos otra noche en Sarahan y salir a la mañana siguiente.
En Kalpa íbamos a estar dos noches y en Kaza tres. Decidí quitar una de las noches en Kalpa para quedarnos en Sarahan.
Entre tanto Arvind me envió un plan B para seguir la ruta ese mismo día para llegar a Kaza por el paso Rohtang.
Después de hablar con Murli y Sanjay sobre qué hacer, decidimos seguir con el plan A, mantener la ruta entrando en Spiti por el sur. La subida es mucho más progresiva y de esa manera el mal de altura es un problema menos.
Así que sacamos el plan C para quedarnos en Sarahan y disfrutar del día de la mejor manera.
Bajamos al pueblo a tomar un chai y visitar su monasterio.
Después salimos por una estrecha carretera muy rota bordeando un precioso valle acantilado de un afluente sur del río Sutlej. A propósito de afluentes, el río Sutlej es el más grande de los tres afluentes que tiene el río Indo.
Atravesamos pequeñas aldeas con sus casas colgadas en las empinadas laderas y sostenidas por cimientos de madera. Los paisanos, tienduchas y los escolares sonriendonos a nuestro saludo.
Una ruta sin estrés muy divertida para llegar a una espectacular cascada con una cola de más de 100 metros.
Después de la excursión en moto, entrada la tarde nos dimos un descanso.
Me fuí a dar un vuelta por el pueblo y compré seis tiras de banderines típicos del himalaya para poner en el manillar de las motos. Cinco colores que representan los cinco elementos. El color azul es el cielo, el blanco el agua, el rojo es el fuego, el verde es el aire y el amarillo la tierra.
Terminamos con una serie de ofrendas, propósitos y buenos pensamientos para seguir con el plan A por la mañana.
CRUZAR EL DESPRENDIMIENTO DE NIGULSARI …
O VOLVER A SARAHAN.
Por la mañana la noticia era que la carretera todavía no estaba abierta, pero que definitivamente hoy iba a estarlo.
Así que con el equipo local decidimos salir a hacer la cola.
Murli y Sanjay me dijeron que saliese yo primero con las motos. Que cuando llegase hasta la policía, si la carretera no estaba abierta, que diese la vuelta y les esperase en un restaurante unos cientos de metros antes del corte.
Y eso hice exactamente, porque la carretera no estaba abierta. El policía al llegar me dijo que serían unas cuantas horas más de espera.
Allí estuvimos entretenidos en el restaurante más de 5 horas… Increíble India 🙂
Hicimos amigos. Turistas, camioneros, peregrinos… Un chico alemán que venía desde Australia, después de trabajar allí tres años, con una KTM.
Iban llegando noticias y siempre era la misma. Retrasos en el horario previsto para abrir la carretera.
Sobre las 15 horas me dice Sanjay que salga con las motos y que le espere en el cruce de Karcham, a unos 65 km de donde estábamos.
Y cruzamos, toda una Aventura en India.
Sacando ventaja de nuestras motos y saltando la cola de coches. Por barrizales, arcenes y carreteras muy rotas llegamos hasta el policía que nos dio el alto.
Unos minutos antes la carretera había sido cortada de nuevo para unas reparaciones.
Estábamos a punto pero todavía no habíamos cruzado. Estaba seguro de hacerlo, el problema era que se nos hacía de noche llegando a Rakchham.
Después de pasar por fin el desprendimiento la ruta NH5 se convirtió en una autopista. Ancha, con buen asfalto, sin tráfico para lo que es India.
Con un buen ritmo y un par de sustos, llegamos a Karcham. Allí llamé a Sanjay y le dije que no le esperaba, que seguía con las motos hasta el hotel en Rakchham.
En el crepúsculo con los faros iluminando caca de vaca, tierra y piedras llegamos a la casa de huéspedes de mi amigo Aman Ahujaa.
Chitkul. El ultimo pueblo de India
La frontera de India con China está solo unas decenas de kilómetros de Chitkul y después del desayuno hicimos una excursión que se llama “Hasta donde te deja la policía”
El paraje es espectacular con los picos puntiagudos, sus nieves y las laderas de enormes pinos verdes y frondosos.
El clima era perfecto, sin amenaza de lluvia y el cielo azul con algodones dispersos.
Tomamos un chai para después iniciar la bajada hacia el río Sutlej y girar al este hacia Kalpa.
Kalpa
Kalpa es un pequeño pueblo a casi 3.000 msnm, conocido por sus huertos de manzanos. Los Kinnauri siguen un sincretismo de hinduismo y budismo. Muchos templos en Kalpa están dedicados a dioses y diosas hindúes y budistas.
El espectacular pico Kinnaur Kailash (6050 msnm) frente a Kalpa y es considerado sagrado tanto por hindúes como por budistas.
Con las luces de la mañana del Himalaya continuamos la ruta bajando desde Kalpa al río Sutlej, por divertidas curvas cerradas peraltadas a uno y otro lado entre el tráfico.
Seguimos el curso del río subiendo y bajando por una carretera en buenas condiciones. El coche se quedó repostando en la cola de la gasolinera y le esperamos con un chai y el segundo desayuno en una daba Punjabi.
Por fin spiti valley. nako
Después de Pooh paramos en el control de entrada a Spiti. Una vez presentados los pasaportes y documentos continuamos hasta Khab Sangam Bridge, el puente sobre el cruce de los ríos Sutlej y Spiti.
Allí confluyen además de los ríos los cinco elementos. Lugar de paso de las rutas comerciales de la antigüedad y entrada sur del valle de Spiti, ya estamos en el antiguo reino del Tíbet.
Y subimos a Nako por una estupenda carretera, picada de la piedra de la montaña, por una serie de bucles empinados (Ka Loops)
La vista desde arriba del cañón y la carretera es una de esas que se queda en la memoria.
Disfrutamos de la tarde en el pueblo medieval de Nako, aislado la mayoría del año del resto del mundo.
La amabilidad de los paisanos sorprende a mis compañeros de viaje.
Pasamos una noche estupenda en el espectacular campamento de mi amigo Arjun Negi.
KAZA, Casa en el valle de spiti
Por la mañana salimos con los cielos azules y empezamos a bajar de nuevo al río Spiti para pasar otro control de la policía.
Subimos los 10 km de pista divertida que separan la ruta principal de la Gue Stupa Mummy… o el Monasterio de la Momia.
Como buenos turistas pagamos las 20 rupias y vimos a la pobre momia de más de 500 años. Lo más sorprendente vino después cuando subimos a lo alto del monasterio por unas terribles escaleras…
Seguimos la ruta con espectaculares parajes del valle de Spiti hacia Tabo.
Allí paramos a comer y a visitar su monasterio con más de mil años.
No queda mucho para llegar a Kaza pero antes nos espera una visita al fantástico monasterio de Dhankar a una altura de 3.894 metros.
Allí las panorámicas son de película. La paz que se respira invita a quedarse un buen rato tomando un par de chais.
Después salimos hacia el norte para bajar por una pista empinada a la carretera principal, la NH505 y llegar a Kaza.
Kaza es la capital y ciudad más grande del valle. Nos quedamos tres noches en casa del gran Karan.
Excursion 1: Langza, Komic y Demul
Salimos en moto sin hacer las maletas hacia lo alto del valle por su vertiente este hacia el pueblo de Langza (4.400 msnm)
Tiene una población de 137 personas. Cuenta con una enorme estatua del Señor Buda, con vistas al valle y un antiguo monasterio.
Está ubicado en la base de la montaña Chau Chau Kang Nilda (6.303 msnm) que va a ser nuestro principal punto de referencia durante todo el día.
Komic (4.587 msnm) es nuestra segunda visita subiendo un poco más a tomar un chai en el restaurante más alto del mundo, según su cartel.
Allí empieza un tramo de pista de 20 km hasta la carretera de Demul.
Las vistas son espectaculares, los cielos azules y picos nevados están por todos los horizontes.
Según avanzamos por la pista pedregosa y serpenteante veo a la derecha una colina orientada al valle. Más cerca distingo huellas hacia ella abandonando mi pista bien marcada.
Decido probar aventura y salgo de la pista principal por la huella. Pronto nos encontramos una trepada pedregosa y polvorienta que nos lleva a lo alto de esa colina.
Difícil de expresar esos momentos. Es la segunda vez que veo la cordillera del Himalaya en 360º, con mis propios ojos. La primera en Nepal.
Llegamos a Kaza sobre la hora comer. Muy polvorientos, cansados, pero muy felices, bastante emocionados del gran día en moto.
Excursion 2: Mud en Pin Valley
En esta ocasión la excursión de unos 100 km sale hacia el sur de Kaza para luego cruzar el río Spiti hacia el oeste y seguir hasta el último pueblo de Pin Valley, Mud.
De los 100 km solo 30 de asfalto. El resto pistas muy rotas, agua, barro, arena, polvo. Varios cortes de carretera y esperas por el trabajo de las máquinas.
Los paisajes siguen siendo magníficos de las montañas y el río Pin. Seguimos su cauce que cambia continuamente de forma y color.
Cruzamos varios puentes para llegar a Mud. Allí contemplamos el color rojizo de la montaña que tenemos delante, tomando un chai en silencio, siendo conscientes de estar en un lugar muy muy remoto.
Por la noche celebramos el cumpleaños de uno de los compañeros con una riquísima cena, sin picante y estilo western, rematada con un delicioso Tiramisú de postre.
Muchas gracias Karan por tu hospitalidad y muy buen hacer profesional.
Chandra tal por kunzum pass
Empezamos el día un tanto nuboso por el norte visitando el monasterio de Key.
Pasamos un buen rato porque uno de los compañeros quiso que un Lama le bendijese unas banderas de regalo para una amiga.
Después continuamos por la vertiente este del valle subiendo hasta el puente Chicham, dicen que el más alto suspendido por cables de Asía…
Seguimos subiendo hasta las praderas donde nos encontramos con los Yaks.
Más adelante llegamos por la ruta de nuevo al borde del valle y empezamos a bajar con unas increíbles vistas del valle.
Tuvimos que parar porque una manada de Yaks estaba en medio de la carretera. Nos miraron algunos, apartándose lentamente pero poco, pasamos entre ellos.
Una pista muy ancha completamente recta que pronto será una buena carretera nos llevó hasta el almuerzo en Losar.
Losar es el último pueblo antes del paso Kunzum (4551 msnm). Saliendo del pueblo de nuevo encontramos un control de paso de la policía.
El resto de la ruta del día off road por unas tremendas pistas en obra, con grandes surcos de barro y luego arena.
Abandonamos el río Spiti convertido en una enorme pedrera, antes un glaciar, orientamos nuestra visión hacia el oeste.
La subida tiene curvas cerradas peraltadas con surco y grandes piedras que tiran los camiones de carga de gran tonelaje, que tienes que adelantar, avisando con la bocina, por los márgenes arenosos…
Así unos cuantos sufridos kilómetros hasta que la cosa se tranquiliza un poco, en cuanto a arena y tráfico.
De repente un vadeo con mucho caudal, pero 20 metros antes un vetusto puente con un cartel y una enorme piedra en cada entrada para que no pasen los camiones.
Paro, descanso, escucho caer el agua del último afluente del río Spiti esperando al grupo.
Veo que un compañero que ha hecho todo el viaje con su esposa de paquete viene solo. Me alegro, buenas noticias. Estaba sufriendo durante la subida pensando que no iban a parar para que ella se subiese al coche.
Seguimos y a pocos kilómetros llegamos al gran collado donde se encuentra el paso Kunzum, uniendo oriente con occidente.
Allí damos unas vueltas a la estupa con el sentido de las agujas del reloj, como dice la tradición, soportando un fuerte viento.
La bajada hacia el nuevo valle del río Chenab la hicimos más tranquilos. Menos tráfico y con de nuevo unas vistas impresionantes.
Antes de llegar abajo está el desvío hacia el norte para llegar a nuestro campamento en Chandra Tal.
La subida de unos 12 km estuvo muy divertida con pequeños cruces de riachuelos pedregosos.
Después de acomodarnos en nuestras tiendas, algunos en las motos y otros en el coche, continuamos hacia arriba hasta el parking del lago.
Luego el resto caminando hasta el lago. Era imposible llegar sin parar continuamente a respirar y descansar.
Un buen paseo después de un día duro de moto.
manali, la vuelta a la civilización
Después de pasar la noche más fresquita del viaje bajamos por donde subimos el día anterior hasta llegar al río Chenab y cruzar el puente de Batal.
Allí hicimos una parada en la pintoresca Chacha Chachi para tomar un chai. Mis compañeros hicieron un montón de compras y al final nos invitaron al té.
Salimos de Batal por una pista ancha con una espectacular vista del glaciar de Pico Papsura (6.440 msnm)
La ruta es de pista hasta los últimos 40 km. con cruce de riachuelos, piedras y arena.
Hacemos varias paradas para contemplar la maravilla de la naturaleza y el lugar donde estamos, a los pies de una montaña de más de seis mil.
Otras son para comer algo y tomar un chai.
Seguimos por el borde del río hasta que lo cruzamos en Chhatru para empezar a subir la otra parte del valle hacia el paso Rohtang.
La subida se hace larga, con una pista muy cambiante con riachuelos, barro, arena, lo de siempre y todo el rato empujando para arriba con algo de tráfico.
Es un espectáculo ir detrás de un Suzuki Alto 800 subiendo una de estás pistas. Esquivan el terreno como si fuesen buggys con cuatro o cinco personas dentro.
Por fin llegamos a un cruce asfaltado. Izquierda subida al paso Rohtang, derecha bajada hacia el túnel Atal, bajo este paso hacia Manali.
La experiencia de pasar este túnel de casi 9 km de largo a 3.000 metros de altura es única. Se hizo largo y cuando terminó salimos a un paisaje parecido al de la jungla del rey León.
Llegamos a Manali bajando la espectacular carretera con ligera lluvia e intenso tráfico. Habíamos vuelto a la civilización.
ultima etapa en moto a dharamsala
Sanjay y Murli me preguntaron la ruta que tenía planeada. Les dije que por la carretera nacional, que son unos 240 km, que en India son muchos.
Ellos me dicen que vamos a ir por una ruta rural por encima de las montañas que conocen bien. Ambos tienen su residencia cerca de Manali.
Algunos compañeros me pidieron no madrugar mucho debido a las celebraciones en marcha. El sargento cedió y salimos sobre las 10 de la mañana.
Tardamos mucho en salir de la ruta principal por el tráfico y empezamos a subir las montañas. Las manadas de bueyes y las estrechas carreteras hacen que el ritmo del viaje sea muy lento.
Llega el calor y la hora de comer. Seguimos por crestas de montañas y estrechos caminos hasta que veo un pequeña dabha en medio de la nada con bonitas vistas y jardín.
Allí almorzamos comida rápida y descansamos un buen rato, a pesar del largo trecho que nos quedaba de ruta.
Volviendo a las motos Sanjay me preguntó si quería bajar ya a la ruta nacional principal o prefería seguir por encima de las montañas.
Miré al resto, les hice unas señales y seguimos hacia arriba.
La ruta estuvo espectacular entre frondosos pinos y barrancos, mucha pista también, enlazando pequeños pueblos de montaña. El sol en frente empezaba a bajar. Nosotros aún tardamos un rato en hacerlo.
Cuando llegamos a la carretera nacional al sol le quedaban 30 minutos en el horizonte. A nosotros más de una hora larga de ruta.
Cuando se hizo de noche paramos en una gasolinera.
Después todos muy juntos, sin pasajeros en moto, con el coche delante llegamos por fin a Dharamsala para luego subir a Mcleod ganj.
La llegada épica. Dando varios giros para encontrar el hotel Sanjay con el coche, un par de motos pérdidas y la falta de aparcamiento al llegar al hotel.
Decidí meter las motos en el parking de otro hotel cercano. Sanjay y Murli se encargaron del resto.
Mcleod ganj es un sitio alucinante. Es como viajar a la capital del antiguo reino de Tíbet.
final del viaje en moto
Volvimos a Delhi volando sanos y salvos para ir por carretera a Agra y visitar el Taj Mahal.
Fin de esta gran aventura por el Himalaya en moto.
Brutal, como siempre. Cuenta conmigo para la proxima
Muchas gracias amore mio! 🙂
Ya sabes que me corroe la envidia.
Un abrazo
Hola Larta! Jejejeje, espero pronto salir contigo a dar una vuelta.