Ayer se celebró en toda India el Día de la República, conmemorando la constitución que estrenaron a mediados del siglo pasado junto a la independencia de los británicos. Por la mañana pronto empezó el clásico desfile militar, clásico indianapolis claro, por el centro de la ciudad y nos fuimos hacia allí dando un paseo desde casa, pasando por un fantástico parque llamado Lodhy Garden.


Por el camino nos cruzamos con toda la gente que volvía a sus casas después del desfile. La mayoría de clase media recién estrenada, gente que casi tiene moto o bicicleta, que dentro de poco tendrán hipoteca y coche… que locura.


La misma locura que se ha vivido en España durante los últimos casi cuarenta años, el desarrollo y la prosperidad. Todo para alcanzar el nivel de vida del modelo de vida que nos han enseñado nuestros padres. Pero algo falla, no es posible que la mayoría esté ahora más jodida que nunca.


El futuro está en manos de unos señores que todos sabemos quienes son, pero ni sacamos el dinero de sus bancos, ni dejamos de ver su telebasura, ni encerramos en la cárcel a sus chorizos ibéricos. Las nuevas generaciones de los países emergentes, miles de millones de personas, quieren ser como nosotros, están en su derecho y tienen el manual de como hacerlo…


Ante semejante panorama los que tengan cuatro dedos de frente y piernas para correr, deberían quitarse lo nudos que aprietan sus corbatas y usarlas para amarrar bien el petate, y partir a una isla lo más lejana posible, ver naufrago de nuevo para saber como abrir un coco, por si acaso. También asegurarse de que Schentino no es el capitán, sería prudente.