La fiesta del sábado estuvo muy bien aunque no fue tan especular como el estreno de hace un par de semanas. Normal, como la vida misma, una de cal y otra de arena. Lo importante es que la gente que me está consiguiendo los bolos confía en mi y estoy seguro que iremos a mucho más pronto.
La competencia se hace notar. Me ha contado un amigo que la movida nocturna en Delhi es algo relativamente nuevo, desde hace solo un par de años. La ciudad ha sido tradicionalmente muy conservadora con la night-life, por la extrema pobreza de muchos de sus habitantes y por ser la sede del gobierno y otros organismos diplomáticos importantes. Ahora son los extranjeros, los nuevos habitantes de Delhi, los que demandan vida nocturna y eso hace que haya mucha oferta de ocio nocturno todos los fines de semana, conciertos en directo, fiestas temáticas, un montón de bares con Happy Hours, y algunos como este fin de semana, hasta con las copas gratis… si llegas a tiempo y te apuntas en la lista de invitados.
Ayer después de ponerse el sol una gran tormenta paso por encima de la ciudad. Un gran vendaval removió las toneladas de basura que se acumulan en las calles. La fuerte lluvia racheada duro poco tiempo, pero basto para refrescar el ambiente y eliminar la gran nube de polvo y polución que cubre la ciudad habitualmente.
Este fue el resultado. Una noche espectacular en la cual la luna parecía sonreír a la gran mole y a sus habitantes. Inolvidables momentos que quedarán para siempre en mi memoria, como muchas de las cosas que estoy viendo en la Gran Delhi. 🙂