Acabo de llegar a Fez para pinchar el fin de semana. Este es mi último salto antes del Gran Viaje a India y ya siento tristeza por no poder volver aquí durante una buena temporada.

Tengo una fiesta el viernes por la noche en un sitio estupendo, OClub, y una boda el sábado y el domingo. Por ahora se acabó de estrés de la Vida Moderna. En el control de seguridad del aeropuerto, las simpáticas chicas del uniforme, han confundido mi mochila de DJ con el portátil, la tarjeta de sonido, el soporte, los cables, dos alimentadores, el ratón, la cámara y el cargador, tres camisetas y unos calzoncillos, con la mochila de un terrorista. Me han hecho vaciar al completo, con lo bien prensadita que estaba. Eso sí, he pasado por el arco de seguridad unas seis veces, descalzo y sin cinturón. Cosas de la vida moderna que consiste en jodernos los unos a los otros para justificar nuestro status quo.

Aquí quieren ser modernos como nosotros, pero todavía les queda un poco, a pesar de tener Mc Donadls. Se nota nada más llegar, el taxista te pregunta por tu familia con respeto y educación, los burros arrastran carromatos por los arcenes de las carreteras, los olores asépticos desaparecen y el intenso calor hace que sientas todos poros de la piel…

Ahora mismo vengo de ver al Barca en un bar en el que era el único «cristiano». Me he tomado un te, que me ha costado 10 Dirhams, menos de un euro. Me ha llamado la atención los vendedores ambulantes entrando y ofreciendo, frutos secos, dulces y hasta calcetines! He sacado la cámara y me he atrevido a grabar unos segundos…