Cuevas milenarias, Patrimonio de la Unesco, montañas en el centro de India. Llegar a sitios como estos sin indagar mucho es lo mejor para llevarse las manos a la cabeza, de lo que somos capaces de hacer si nos ponemos un montón de acuerdo y picamos piedra. La misma sensación que en Giza de cómo es posible hacer esto hace mil años.
Ellora está a solo 30 km de Aurangabad, con monasterios y templos budistas, estructuras que fueron excavadas en un precipicio de los montes Charanandri, siendo su número total 34, de las cuales 12 son budistas, 17 hinduistas y 5 jainistas.
El templo de Kailāsanātha (725-755), se trata de la estructura monolítica más grande del mundo, completamente excavado en la roca, desde la parte superior, una barbaridad.
Ajanta está a unos 100 km al norte de Aurangabad. 29 grutas artificiales pintadas y esculpidas inicialmente para el culto budista, monasterios y santuarios excavados en las rocas entre el siglo II a. C. y el siglo VIII d. C.
En Aurangabad destaca en mini Taj Mahal y poco más que hacer. Seguimos a hacia el sur…
Varanasi, la ciudad del río sagrado Ganga o Ganges, con centenares de templos y continuos ritos y ceremonias alrededor de este en sus Ghats, es India en estado puro. Si quieres ver la India más intensa y ritual, debes viajar a Varanasi.
En la parte antigua, al lado del Ganges y de los Ghats principales de Varanasi acaba de abrir Lotus P. Guest House, un hotelito muy limpio y acogedor, mérito de la norteamericana Gill. Esta valiente mujer dejó su cómoda vida como profesora en un caro colegio internacional de Delhi, para abrir una escuela para los niños de uno de los Slums más pobres de la ciudad del Ganges. Niños que viven en la más absoluta de las miserias y a los que higiene y educación les puede abrir las puertas a una vida mejor.
La Guest House es una de las fuentes de ingresos para este proyecto humano admirable y por el que merece mucho la pena alojarse aquí si vas a viajar a Varanasi
El Aatti es una ofrenda que se hace todas las tardes al caer el sol en los Ghats principales a dos minutos andando de Lotus P. Guest House. Es un buen momento para escapar de la intensidad de todo lo que te rodea y relajarte junto al río.
Al amanecer navegar por el Ganges es otro momento de paz que no olvidarás nunca. Lo suyo es bajar las escaleras y contratar un remero de los muchos que esperan a primera hora a los turistas. Merece la pena cruzar el río hasta el banco de arena, para ver la muralla con una buena perspectiva.
Por la tarde Gill nos llevo a conocer el «Slum» donde sobreviven o malviven sus niños. Unos niños que a pesar de la extrema miseria que les acompañará durante su vida, reflejan es sus sonrientes rostros la inocencia más absoluta del ser humano. Lo qué me pregunto es que les hacemos a los niños de occidente, los del primer mundo, que a pesar de tener todo y la vida resuelta, muy a menudo me parecen infelices, comparados con estos niños del «Slum».
Y por la noche pasamos del «Slum» al mejor palacio de la ciudad, convertido en hotel, después de más de 15 años de reformas. Muchas gracias por la invitación a la cena señores del Brij Rama Palace, una noche inolvidable, quizá la última en Varanasi.
Era justo y necesario después de haber vivido en India y no conocer Varanasi, ir lo primero allí. Volver e ir a una de las ciudades más míticas de India, para empezar bien orientado, o bien para lo contrario, según decida la Madre India. Este recorrido es parte de los itinerarios turísticos que recorren el norte de la India y fundamental para poder tener una visión clara, de cómo repartir los días de vacaciones, en esta parte del norte de Hisdustán.
La ruta turística sale de New Delhi y la primera parada es Agra, para ver el Taj Mahal. Nosotros cogimos un tren a las 6 de mañana que nos llevó directos desde Delhi a Jhansi, a unos veinte kilómetros de Orchha, famosa por sus fortaleza y sus templos. Llegamos sobre las 11 de la mañana y lo más bonito fue subir el templo de Laxmi, hasta la terraza principal y ver una impresionante águila y su nido, rollo el señor de los anillos, pero sin tele ni cine.
Después seguimos hacia Khajuraho para llegar por la noche al hotel y descansar de una larga jornada. Los famosos templos eróticos de Khajuraho sorprenden gratamente por su belleza e historia.
Entrada la noche, en un tren nocturno partimos hacia Varanasi para llegar sobre las 11 de la mañana a la ciudad más sagrada del Ganga.
Varanasi es uno de esos sitios que dejan huella, que todavía no se cuentan con las dos manos. Es una fortaleza en torno al sagrado Ganges, fuente divina de la cultura hindi. Las crecidas del monzón, hacen que los grandes torreones de la barrera, se reduzcan la mitad, con respecto al nivel del agua.
Paseando por sus Ghats pudimos contemplar la ceremonia del “Arti”. Ofrenda audiovisual de los brahmanes al río Ganges. También nos saludan los babas, los cuales abundan, ocupando las cavernas de los ghats, con sus vestimentas, blancas, naranjas y negras. Si la alianza rebelde tiene una base de Maestros Jedi en la tierra, estoy seguro que está en alguno de esos torreones de los ghats de Varanasi. Hay que volver a buscarla.
Dentro de la fortaleza la ciudad es la esencia de la India de norte, más pobre y humilde, basada su economía en la agricultura de las tierras irrigadas por el Ganges. Las callejuellas hierven llenas de tiendas, destellos de luces y gente ocupada en sus recados.
Y lo mejor de todo, como siempre, la gente de estos lugares mágicos. Y mejor todavía imposible si te recibe un paisano en un lugar así. Ha sido un placer grande e infinito disfrutar estos días de la amabilidad de Panna, Sita y Kailash, en Ganga paying guest house. Un entorno familiar y una situación 10, en frente del río Ganges y a un minuto de los ghats. Millones de gracias Panna y Sita.