Hemos vivido unos días de auténtica aventura en las remotas tierras de detrás del Himalaya. Unos días mejores y más sencillos y otros peores y complicados, pero todos ellos, formarán parte de nuestra memoria para siempre, así como los sitios que hemos visitado y sus gentes y paisajes.


Ladakh es una región en el estado indio de Jammu y Cachemira. Se encuentra delimitada por el norte por las montañas Kunlun y la cadena de los Himalayas por el sur. Se le llama el «Pequeño Tíbet» por su aspecto geográfico y por su cultura autóctona, está habitado por una población de ascendencia indoaria y tibetanos.


Leh se encuentra a una altitud de 3,650 metros y es la principal ciudad de la región en la que está el aeropuerto. La ciudad está llena de hoteles, bazares y agencias de turismo de aventura.


El río Indo nace en el Tibet chino y atraviesa la región de Ladakh de sureste a noroeste, creciendo con afluentes como el Zanskar. Los más osados practican rafting en sus aguas…


El valle, de arriba a abajo, está flanqueado por monasterios budistas milenarios, en los que los monjes se adoctrinan y eligen su destino después de aprender los Sutras.



Muchos años han pasado desde que vi esta famosa escena para poder hacer lo mismo.
 



El monasterio de Likir cumplirá dentro de unas décadas 1.000 años de edad. Se encuentra sobre una roca, en lo alto de un precioso valle.




Siguiendo el rio Indo, por la carretera que une Srinagar y Leh, se encuentra el todavía más antiguo monasterio de Lamayaru.



Por fin las cuatro FANTASTICAS!, con cuatro monjes, de los 140 que viven en Lamayaru.




En Lamayaru, me colé en una de las clases de los niños y estuve un rato en el despacho del profesor durante un examen oral a los pequeños monjes. Fue curioso ver a los niños uno a uno, muy nerviosos, recitar de carrerilla y entonando, como lo hacen ellos, las lecciones ante su maestro.




La carreta es difícil de describir, algunas veces desaparece convirtiéndose en una pista llena de piedras y sin señalizar. Otras veces debemos parar por los continuos desprendimientos de las laderas. Después de esperar algunos minutos, las maquinas escaladoras y los trabajadores se encargan de despejar el camino y la caravana vuelve a ponerse en marcha. Lo mejor es no mirar el reloj y disfrutar del panomara.





El monasterio Alchi es el más antiguo del valle. Fue construido, según la tradición local, por el gran gurú traductor Rinchen Zangpo entre 958 y 1055. Los templos contienen murales y figuras a gran escala de los reyes hindúes y budistas de aquella época en Cachemira, son impresionantes.




Viajando hacia el lago Tsomoriri desde Leh, encontramos el monasterio de Thikse. Este se alza encima de una espectacular colina sobre la planicie del valle del Indo. Es el más grande de Ladakh. Subimos al amanecer y nos encontramos a un monje en el templo principal en plena puja matinal.




El Jeque y las 4 Fantasticas durante el paseo por la rivera del Indo, unas compañeras de viaje FANTASTICAS. Durante todos los días del viaje percibí gestos de todo tipo de los ladakhis, por ir con un harén excelente 😉






El monasterio de Hemis es el último que visitamos antes de empezar a subir el valle de Indo hacia los lagos. Ese mismo fin de semana se celebraba una fiesta en el su enorme patio que ya estaba decorado. El emplazamiento de este sitio es muy especial, ya que está en lo alto de un circo, rodeado de puntiguados picos, con vistas al valle del Indo.



Por fin, después de pasar el control de policia en Upshi, donde se desvía la carratera a Manali, seguimos el rio Indo hacia su nacimiento, en busca del lago Tsomoriri. Este pintoresco paisano parece advertirnos de la que se nos viene encima con su bandera de mugre roja.






Después de una noche que quedará en nuestro recuerdo para siempre, nos preparamos para llegar al lago por una espectacular carretera a casi 5.000 metros de altura.






Nos acercamos a los impresionantes Yaks como mucha prudencia y nos miran con indeferencia. Estos animales bovinos se domestican para el transporte a través de las montañas y el trabajo en el campo. De la la leche de las hembras se hace mantequilla y queso delicioso.





De estas cabras montesas se obtine la famosa Pashmina, un tipo de lana de cachemira.


El Tosmoriri es uno de los lagos más altos y grandes del Himalaya. Es una reserva natural, en la que hay que entrar con permiso especial. A pesar de ello, los soldados de la base militar, nos comentaron que en los últimos 40 años el ecosistema ha cambiado mucho. Por un lado las aves que habitan el lago, cada vez son más escasas. Y por el otro, lo glaciares, cada vez se quedan más arriba en la montaña.











Este es Alí, el conductor que nos ha llevado durante 7 días a través de los valles y precipicios de Ladakh. Jule, es lo único que hemos aprendido en ladakhi. Ali chapurrea el inglés pero muy justito y es casi imposible conversar con él. Tiene 25 años y una novia que le reclama más en Leh y menos en la carretera con su Jeep.






De vuelta a Leh, el último dia hicimos rafting por un importante afluente del Indo, el Zanskar. La siguientes imagenes recojen lo que pasó en uno de los rápidos que encontramos en la bajada. Las fotos la hizo el conductor que nos llevo hasta lo alto del valle para empezar la bajada. Se mereció la propina con creces.











El primer bote volcó verticalmente por la popa y se fueron todos al río, veinte metros delante de nosotros. Lo vi perfectamente antes de llegar nosotros. Nuestro monitor nos gritó «foward foward», pero estabamos sentenciados. Nuestro bote zozobró hacia babor y nos fuimos todos al agua menos el monitor y la FANSTASTICA Graciela, que pudo mantener el equilibrio encima de la embarcación. Casi todos nos quedamos cerca o agarrados al cabo que rodea el bote, menos dos de las FANTASTICAS, que se alejaban río arriba entre las corrientes y los rápidos.




El final fue feliz a pesar del susto y el frio chapuzón de las FANTASTICAS, que fueron rescatadas después de unos intensos minutos de tensión y duro trabajo. A lo mejor, como dice una de ellas, estamos un poco mayores para esto del rafting.