Como digo siempre una de las razones personales que me mantienen en India es poder viajar a otros lugares cercanos. Esta vez ha sido Katmandú en Nepal, un viaje corto de cinco días, lo suficiente para hacerse una idea del país, si no vas a hacer un gran trekking por sus legendarias montañas del Himalaya.

Katmandu Nepal

Al llegar al aeropuerto ya estas metido en una película, con tufillo americano, no sé exactamente por qué. Al salir de la terminar cogimos un taxi y nos dirigimos a Thamel, el barrio donde están concentrados la mayoría de los hoteles para turistas. El coche parecía el de los malos de Starsky y Hucht.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Después de dejar las mochilas en el hotel nos fuimos a comer a Durbar Square, la plaza más famosa deKatmandú la capital de Nepal. Allí estuvimos buena parte de la tarde observando la nueva mezcla de colores, rostros, dialectos, olores, sonidos…

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Al día siguiente visitamos los lugares cercanos de Kathmandu en moto. Estuvimos en Patan, es su plaza y en un templo repleto de fieles realizando sus ofrendas. El 80% de la población Nepali es hinduista. El resto es budista.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

A unos ocho kilómetros de distancia de Kathmandu está Bhaktapur. Otra gran plaza con templos nepalis y bastantes turistas en manada.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Volvimos al atardecer a Kathmandu y todavía teníamos que visitar un par de templos. Uno era hinduista, Pashupatinath, y el otro budista, Bauddha. El primero nos impresionó mucho porque pudimos ver por primera vez desde que estamos en India, la ceremonia de la cremación. En el segundo vimos salir la luna por detrás de los ojos de Buda y de la enorme estupa que los eleva. Un sitio bonito para ponerse el sol.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

El viernes en autobús nos fuimos hacía las montañas del valle de Kathmandu. Eran dos noches en el campo, para caminar un poco, unas cuatro horas diarias.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

El primero de los destinos fue Balthali, una aldea en una colina sobre un entramado de mesetas, valles, puentes colgantes de acero y sus rios. Bajamos desde lo alto de un monasterio budista, Namo Buddha Monastery, atravesando bonitos campos de cultivo de arroz, mostaza, cítricos, bananas… y otros frutos y hierbas que desconozco. Los lugareños terminaban la jornada laboral, recogiendo la paja y los utensilios de trabajo. Se iba poner el sol pronto.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Desde lo alto de la colina, vimos amanecer y como se iban encendiendo las montañas de Himalaya que teníamos en frente de nuestro balcón. Son momentos muy místicos. Yo los paso siempre con la cámara, otros meditan o hacen yoga…

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

El día siguiente cambiamos de escenario. Fuimos a Nagarkot, el mas famoso de los miradores de Himalaya de cerca de Kathmandu. Nos pareció menos botino que la aldea del día anterior y mucho más turístico, pero pudimos contemplar de nuevo al amanecer, una gran panorámica de las montañas de 7000 metros a una distancia en linea recta de unos 70 kilómetros.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

Poco después, de nuevo en autobus bajamos hacia kathmandu, para visitar un templo budista que nos quedaba en la lista.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

El templo de Swayambhu, al oeste del centro, sobre una colina a la que se sube a través de 365 escalones. Al llegar arrriba hay unas buenas vistas de toda la ciudad de Kathmandu. También un paraiso para el turista comprador complusivo de baratijas para la familia y los amigos.

Katmandu Nepal

Katmandu Nepal

En resumen, un buen salto desde Delhi que sólo está a una hora de vuelo. Sin duda me quedo con la gente de fuera del barrio de Thamel, donde se aglutina todo el turisteo y el gran negocio de las expediciones de sexagenarios gringos y de otras latitudes septentrionales…